otros tiempos, en los que una suerte mejor me
conoció.
No me atrevo a decir nada, no estoy segura,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás
más oscuros.
Pero creo que eres tú y estás casi
igual, tan hermoso como entonces, quizás
más. Sigues pareciendo el chico más
triste de la ciudad.
Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros
errores, del interrogante en tu mirada. La ciudad
gritaba y maldecía nuestros nombres,
jóvenes promesas, no, no teníamos nada.
estabas tú, estabas tú.
la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde
para nacer de nuevo, para amarte.
Debo decirte algo antes de que te bajes de este
sucio vagón y quede muerto, mirarte a los
ojos, y tal vez recordarte, que antes de rendirnos
fuimos eternos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario